Cuando uno viaja, y por más que haya organizado y planeando todo, realmente uno no sabe con lo que se puede encontrar. Ese, en realidad es uno de los encantos que tiene: recuerdas que la capacidad de sorprenderte sigue ahí, y solo tienes que salir un poco de la rutina para recordarlo.
Después de una experiencia inolvidable en Camboya, tomamos un vuelo a Hanoi, la capital de Vietnam. Esta ciudad es de las más alucinantes en las que he estado en toda mi vida: no es bonita, es realmente caótica, huele a bundcha (uno de sus platos típicos) cruzar la calle es un verdadero acto de fe. Sin embargo es tan auténtica que el solo hecho de estar allí y sentarte a observar es toda una experiencia.
La vida en Vietnam se hace en la calle, desde cocinar en adelante. El comercio está completamente extendido y la ciudad está repleto de puestos de comida en donde cada uno se especializa en un plato. Basta con sentarte en uno sin necesidad de hablar: de inmediato te pondrán un plato con "la especialidad de la casa". Si no tienes muchos prejuicios puedes disfrutar una de las mejores cocinas del mundo a un precio irrisorio... solo hace falta dejarte llevar y acoplarte a su modo de vida, humilde pero jamás miserable.
Esta fue una colonia francesa, y aunque parte de su arquitectura y los cafés lo dejan intuir, al final queda poco de eso. Por el contrario el espíritu negociante asiático y la serenidad de su raza conviven en perfecto equilibrio para dar como resultado personas muy amables, risueñas, tranquilas y muy cálidas... de hecho y como ocurre en muchos sitios creo que el mayor encanto de este país es su gente.
Después de estar varios días en Hanoi decidimos irnos a uno de los sitios más famosos del país: la Bahía de Ha-Long, patrimonio de la humanidad y conocida por tener un puñado de islas que le imprimen un encanto especial. Allí tuvimos la posibilidad de conocer una de las últimas aldeas flotantes que existen en el país, un asombroso pueblo situado en medio del mar que en breve desaparecerá porque el gobierno quiere proteger a sus habitantes de los tifones y porque los niños que viven allí por lo general nunca llegan a escolarizarse. Aparte de disfrutar de la tranquilidad de ese sitio, el precioso paisaje, poder practicar kayaking en medio del mar y la experiencia de llegar allí, esa noche dormimos en un barco, y fue una de las cosas que sin duda recomendaría a quien viajase allí.
Después de esa excursión (que duró 3 días), regresamos a Hanoi para emprender otra, esta vez a la frontera con China para conocer Sapa, uno de los sitios más espectaculares que he visitado en mi vida y famosa por sus montañas plagadas de terrazas de arroz. Para llegar allí hace falta pasar la noche en un tren (viejísimo e incómodo pero con el que parece que te trasladas varios siglos atrás), luego alguna hora en un autobús y luego varias horas a pie, pero merece toda la pena del mundo. Allí pudimos pasar la noche con una familia de la tribu de los H'Mongs, una oportunidad perfecta para conocer más sobre su cultura, costumbres y deliciosa comida. Por lo general las familias que acogen a turistas suelen tener a algún miembro que habla inglés, así que no es nada complicado comunicarse.
Esta soy yo sin maquillaje, agotada pero feliz. |
Visitar un sitio como este te hace pensar en el estilo de vida que llevamos. Contrario a lo que muchos pensarían, allí la gente vive muy bien: construyen buenas casas, cada persona se especializa en una labor y todo el mundo trabaja. Me sorprendió mucho encontrarme con una sociedad en donde son las mujeres quienes suelen trabajar fuera, mientras que los hombres se ocupan de los huertos, los animales y el trabajo de la casa, y aunque se casan muy jóvenes no existe el matrimonio por convivencia y planifican muy bien el número de hijos que suelen tener (de media dos). En pocos sitios he sentido tanta paz y tranquilidad como allí... si regreso a Vietnam tengo claro que allí volvería.
Después de esos enriquecedores días en Vietnam tomamos un avión con destino Bangkok, pero el capítulo de Tailandia os lo contaré en otro post para que no se haga tan largo.
Si os perdisteis el primer post os lo dejo aquí: Mi viaje por el Sudeste Asiático II: Emiratos Árabes y Camboya.
¿Alguno de vosotros ha visitado Vietnam?. ¿Os gustaría visitarlo?
¡Que tengáis una estupenda semana y gracias por leerme!
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hola preciosa, que maravillosas experiencias debiste vivir en este viaje, no he estado nunca, pero me gustaría hacerlo, qué bonitas las fotos y me ha gustado mucho el estilo de vida que llevan allí, gracias por la reflexión...besos y feliz lunes
ResponderEliminarMe ha encantado tu post, qué bonito lo explicas y qué maravilloso lugar para vivirlo con sus gentes como tú lo has hecho.
ResponderEliminarMe encantaría viajar, tan sólo he salido a tres países, Andorra, Marrakech (que fué el que más contrastes tiene; cultura, sus gentes, las calles...) y Zágreb en Croacia el verano pasado (1 mes)
Espero ese post de Tailandia, aparte que pienso que son de las mujeres más guapas del mundo las tailandesas.
Un saludo y preciosas fotos que hacen meterme en tu viaje.
Que bonito lo has expuesto,es un viaje idílico !
ResponderEliminarQue pedazo de viaje y que cambio de chip más bueno tuviste seguro.
ResponderEliminarQue preciosidad, que maravilla de sitio y de gentes.
Un beso.
vaya viajazo Liliana, yo tengo unas ganas que me muero por ir a Vietnan, y que fotos tan bonitas, preciosas todas...
ResponderEliminarbesos
¡¡¡ Ayy Lola qué experiencia más enriquecedora tuvo que ser !!!
ResponderEliminarBesos guapa, buen inicio de semana :-)
Nos creemos que somos "la civilización" porque tenemos tecnología y billetitos, y compramos muchas cosas prescindibles, pero realmente nos pueden dar muchas lecciones de vida quienes tienen esta otra forma de existir, más ordenada, más coherente con el mundo y con la propia vida, y mucho menos absurda en muchas ocasiones.
ResponderEliminarBesos!
Qué bonito por favor, me ha encantado tu viaje. Si alguna vez voy desde luego te pediré consejo. Un abracito grande
ResponderEliminarEstoy pensando en hacer Camboya-Vietnam, y gracias a tus post me puedo hacer una idea previa...si me decido a ir finalmente, tus post serán parte de mi guía de viaje! muchas gracias...sigue contándonos!
ResponderEliminarRealmente impactantes, las imágenes, no por la belleza de los sitios solamente, si no por el contraste de esas vidas con las nuestras, tan alejadas a todo lo que a nosotros nos parece "imprescindible"
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el post (en general me gusta bastante tu blog). Leer cosas de este tipo hacen q me "teletransporte". Vietnam me llama mucho la atención, quizás más q China o Tailandia, q son los q tienen la fama... No sé si algún día la visitaré, hay tantos sitios donde ir...
ResponderEliminarHace dos años uno de mis más amigos decidió irse a vivir a Vietnam, y a día de hoy tiene un restaurante español-italiano (su chica es italiana) en el que le va de fábula y es súper feliz, y me contaba lo que tu cuentas, que pensamos que allí viven mal, y para nada!
ResponderEliminarComo siempre que leo uno de tus post de viajes has conseguido hacerme viajar sin moverme del sitio... que maravilla de fotos y que viaje más espectacular!!!!!!!!!!!. Gracias por contarlo con todo lujo de detalle, bsños.
ResponderEliminarPrimero de todo déjame felicitarte por las fotos que acompañan al post. Son dignas de cualquier fotógrafo profesional. Con los churros que hago yo jajaja
ResponderEliminarEstas vacaciones tuyas me estan encantando, tal y como las describes no sólo transmites las emociones que has sentido sino que parece que estemos allí contigo.
Esperando la tercera entrega ;-D
Un besito!!!
Qué maravilloso viaje! Mil besos.
ResponderEliminarTenía pendiente leer los posts de tu viaje y los he leído un poco desordenadamente pero me he quedado hipnotizada con las fotos y con todo lo que cuentas. Qué maravilla de experiencia, habéis aprovechado muchísimo el tiempo y creo que este es mi post favorito :-) Creo que en Bangkok me pasaría un poco como en Marrakech, que es tal el caos y tan difícil cruzar la calle sin que casi te atropellaran dos coches y una moto, que me estresaba un montón, pero después lo recuerdo como una experiencia que mereció la pena vivir. Me quedo con la paz de Sapa, qué sitio tan increíble! Si alguna vez voy, te pediré consejo porque eres una crack organizando super viajes! Un besote!
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