Lo primero, debo aclarar que escribí este post antes de quedar embarazada. Lo tenia en borradores (casi olvidado), pero por un mail que recibí de una lectora, recordé que estaba ahí, esperando a ver la luz. Como siempre hago con los post que escribo sobre nutrición, advierto que no soy profesional en la materia y que todos nacen de mi propia experiencia.
Hace algunos de meses empecé a darle vueltas a hacer un pequeño experimento y después de comentar con una nutricionista el proceso que tiene que realizar el cuerpo para digerir la harina de trigo refinada, me decidí a dejar de consumirlas (pan, pastas, etc) durante un mes. La verdad es que pensaba que no iba a haber mucha diferencia entre cómo me sentía en ese momento y después de ese tiempo, pero la verdad es que esto ha hecho que cambie por completo la forma de alimentarme.
Lo primero que me asaltaba era la idea del desayuno, ya que es el único momento en el que consumía pan. El no comer pasta, pizzas y demás me daba un poco igual, tal vez por el plazo psicológico de un mes que me impuse. La solución fue acudir a la avena, un alimento que me gusta mucho (no tanto en las famosas tortitas que invaden Instagram), sino en comidas que me ha hecho mi madre toda la vida. Así, decidí suplir el pan por un batido de Avena por la mañana (aquí tenéis la receta).
La sensación en el cuerpo es de más ligereza pero no de hambre... se nota la diferencia de inmediato y durante el transcurso del día. Probablemente ya lo tenía fácil porque solo lo consumía una vez al día, pero a pesar de encantarme, esa sensación de bienestar que he sentido le ha ganado al placer temporal de comerme una tostada por la mañana.
¿El problema es comer pan?
La respuesta definitivamente es no. El problema no es el pan sino la harina con la que está hecho. El ser humano ha consumido desde hace muchos años distintos tipos de pan. Sin embargo, las harinas con las que se fabricaban eran artesanales, con el salvado y toda la fibra que contienen las semillas originales. Por el contrario la que consumimos hoy en día es un almidón que no contiene nada de eso (sin contar con los químicos blanqueantes que se utilizan para que tenga ese aspecto inmaculado). El pan (tanto el de panaderías como el envasado), las pizzas, pastas y bollería está fabricada con esa harina.
Después de un mes sin comer nada de esto bajé un kilo y medio (ya estaba en mi peso, pero después de bajarlo me encontraba aún mejor). El gimnasio se nota más que nunca porque los músculos se ven más tonificados y mi metabolismo se ha activado como nunca.
Si estáis buscando bajar de peso o simplemente comer mucho, mucho más sano, esto puede marcar un antes y un después en el logro de estos objetivos.
Quiero rematar este post contando que depués de un tiempo volvi a comer algunas harinas en días puntuales (algún capricho, por ejemplo), pero no he dejado de tomar el batido y ya se ha convertido en la piedra filosofal de mi desayuno. Ahora con el embarazo sí que ingiero algo más de pasta y harinas en general porque me estaba costando bastante subir de peso, pero ya no es, para nada, un elemento fundamental de mi alimentación (prefiero la avena, la espelta o el centeno).
¿Alguna de vosotras lo ha intentado alguna vez?. ¿Os animaríais?
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¡Que disfrutéis del fin de semana y gracias por leerme!
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Hola mi Lola, yo hace mucho tiempo que no ingiero trigo común y como tú mis médicos me pidieron un mes de prueba, así lo hice y ya llevo más de uno año y todo genial. No es cuestión de no comer sino de elegir bien lo que se come. Somos lo que comemos y yo cada día lo tengo más claro!!!!!!!. Gracias como siempre, bsños.
ResponderEliminarMuy interesante tu post!!! yo no soy mucho de comer pan y si lo hago siempre es integral
ResponderEliminarUn besote
Desde hace un par de años del pan integral no salgo y solo lo como en porciones muy pequeñas, la verdad.
ResponderEliminarLa avena es mi asignatura pendiente la estoy introduciendo ahora en mi desayuno y parece que muy bien pero el sabor me tira para atrás así que voy a experimentar.
Un beso.
Créeme que la canela en el batido marca la diferencia, pruébalo y me cuentas!
EliminarSúper interesante! Me hace pensar, reflexionar,... Al fin y al cabo lo del pan es más costumbre que otra cosa. Es cuestión de pedirlo integral. A mí me costaría más el tema pizza. Todas las semanas amaso una y nunca me había planteado la posibilidad de hacerla con harina integral... Voy a probar a ver. Un besote!
ResponderEliminarBueno, darse un 'capricho' nunca está mal... la cuestión es adquirir hábitos que nos pueden servir para el día a día.
EliminarUn beso!!
a mi me gusta comer harinas menos refienadas sobretodo si que noto que el pan blanco me sienta bastante mal
ResponderEliminarYo me tiré más de dos años sin probar el trigo, y la diferencia se nota. Ahora le hago pequeñas conceiones, pero de tarde en tard. Hay muchos otros cereales que me sientan mejor.
ResponderEliminarBesos!
De siempre he oido que es mejor el pan integral que el pan blanco.
ResponderEliminarYo apenas como pan.
Besitos
Uff, creo que mi fuerza de voluntad no podría... me pierde demasiado el pan, la pasta... aunque si me gustaría probar la avena como has comentado para desayunar.
ResponderEliminar¡Un besote!
Te.borro de mi lista de blogs. Personas como tu hacéis mucho daño a la nutrición humana y dietética.
ResponderEliminarLo intentaré poner a prueba durante este mes, aunque no sé si seré capaz...
ResponderEliminarYo como poco pan, aunque me pirra la pasta, las pizzas... Lo ideal sería sustuirlo por harinas integrales u otros cereales como has hecho tú :) ¡Besos!
ResponderEliminarWow qué fuerza de voluntad, a mi me encanta el pan. No sé si podría aguantar todo un mes sin pan pero sí que es verdad que he disminuido la ingesta de harinas.
ResponderEliminarPuedo contar las veces que tomo pan con los dedos de una mano y me sobran. No es que comiera mucho pero desde hace un par de años estoy bastante regañada con el por temas de intolerancias y demás.
ResponderEliminarComo bien has explicado, no tiene nada que ver el pan artesanal que se hacía antes con el "prefabricado" de ahora. Este tipo de harina al igual que el ázucar blanco , lo mejor es tenerlos lejos.
Besos guapa ^^
Soy una nueva seguidora tuya , tanto aqui en el blog como en tu pagina de Facebook.. ¡Muchas gracias por compartir tu experiencia con nosotros! Yo también he probado no comer pan o cereales blanco durante un tiempo y la verdad , el cuerpo vuelve a la vida y empieza a quemar mas calorias ! Y efectivamente, despues de un tiempo me dí cuenta, al igual que tu , de que no es cuestion de no ingerir cereales , si no de la calidad que tienen! ¡Me encanta tu blog , mis mas sinceras felicidades!❤️❤️❤️
ResponderEliminarSí que se nota, además muy rápidamente. ¡Muchas gracias por tu comentario Elena!
EliminarYo me lo deje hace más de una semana y estoy genial, desayuno leche de arroz con avena un poco cocida y me crea adicción de lo buena q esta y eso q yo he sido siempre de comer las máximas marranerías y los cereales más azucarados del mund
ResponderEliminarLlevamos una semana con mi esposo sin comer puro pan el resultado es genial los invito a dejarlo se siente Super
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