Trucos para que tus ensaladas sean ricas y realmente sanas

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Esta semana comí con alguien que vive en constante régimen. No deja de comer ensaladas (aunque el fin de semana 'compensa' con todo lo que le apetece), sabe perfectamente cuál es la dieta de moda entre las famosas y es capaz de tomarse las pastillas que sean si prometen en la etiqueta que adelgazan sin esfuerzo. Sin embargo pude darme cuenta que comete uno de los errores más típicos que no dejan perder peso: aderezar la comida de tal forma que multiplica por 4 las calorías, así que por mucha lechuga que coma, la aguja de la báscula no va a dejar de marcar lo de siempre.


Sé creativa

No hay nada más aburrido que la típica ensalada de lechuga y tomate. Si quieres hacer de las ensaladas la piedra angular de tu dieta (sobre todo ahora que viene el calor), lo mejor es buscar recetas, arriesgarte a probar sabores e ingredientes nuevos. Prueba los berros, canónigos, la rúcula, y diferentes tipos de tomates para que la base de la ensalada no sea siempre la misma.


Experimenta con las vinagretas

Las vinagretas son todo un mundo por explorar y tienen el poder de convertir 4 hojas de lechuga sosas en una explosión de sabor. No soy experta, pero utilizando ingredientes como la miel, zumos de lima o naranja, salsa de soja, un buen aceite de oliva, guindilla, jenjibre, diferentes tipos de vinagres, especias, cilantro o perejil puedes conseguir verdaderas delicias. La cuestión es arriesgarse y experimentar.


Prueba a añadirles fruta 

Es uno de mis trucos favoritos porque quedan muy frescas y con ese sabor agridulce que a algunas personas nos encanta. Prueba con mango, fresas, mandarina, trozos de naranja, melón. granada o con piña (hoy precisamente compartí una receta en mi Instagram @aBeautyHealthy), por si queréis echarle un vistazo.


Añade semillas

Las semillas son una fuente poco conocida de vitaminas y ácidos grasos muy beneficiosos para el cuerpo. Lo mejor de añadirlas a las ensaladas es que le brindan un toque crujiente muy apetecible y un ligero sabor que les da un toque especial. Os recomiendo muy especialmente el sésamo, las semillas de amapola, las de chía (que tienen muchos antioxidantes) y el lino, que además ayuda a limpiar el cuerpo desde dentro.


Añade proteína y conviértelas en tu cena

Aunque con esto no os estoy descubriendo nada, sí que os sugiero dos cosas: que no sea siempre una lata de atún (probad con legumbres, trozos de pollo a la plancha, langostinos, salmón ahumado, jamón york, queso o huevo), y que cuando salgáis a comer fuera y os decantéis por una ensalada, evitéis aquellos que lleven carnes rebosadas porque estaréis añadiendo grasas innecesariamente.


Evita las salsas de bote

Este es el pecado capital de las ensaladas sanas. No niego que algunas están muy ricas, pero si hacéis cuentas comeros una ensalada con una salsa césar de bote puede llegar a contener una cantidad desmesurada de calorías. Si os gusta las ensaladas con salsa, prueba a hacerte una vinagreta o a hacer tu propia salsa con yogur desnatado como base.


Cuidado con los quesos que utilizas

Aunque es la debilidad de muchos y al ver tanto verde nos podemos volver locos añadiendo queso, hay que tener cuidado con el que utilizas. Cuanto más fresco es, menos grasa tiene, así que con esa regla es fácil saber cuánto te puedes permitir si la cuestión es hacer una ensalada ligera.

Ya sabéis que si estáis en plena 'Operación Bikini', puedes consultar todos los post que he escrito con todos mis trucos y recomendaciones a través de este link.

¿Soléis comer ensalada con frecuencia?. ¿Tenéis algún otro turco para que os quede sana y deliciosa?

¡Que tengáis una buena semana  y gracias por leerme!

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